Ambos de un mismo extremo,
con la soga extendida.
Las manos están quemadas...
Pero tú tiras cuando yo aflojo.
El juego no se gana,
y yo ya tengo el premio.
Estoy jugando a tu lado...
Y si tú aflojas yo tiro.
La soga no se corta,
no se marchita y no se desata.
No la soltaré,
Ahora no tires... porque no hace falta.
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